Humanos potenciando sus sentidos o incluso adquiriendo otros nuevos, era posible para muchos solo en las películas de ficción.
Pues ya no es ficción: tres jóvenes con implantes que les permiten percibir los colores por vibraciones, saber cuándo lloverá o sentir desde la planta de sus pies los temblores de tierra, están en Medellín.